Azkaban

Azkaban es una prisión mágica ubicada en una isla en medio del Mar del Norte. Se supone que sólo sirve a la comunidad mágica de Gran Bretaña, siendo que ya hay otras prisiones mágicas en otros lugares tales como Nurmengard. Mediante ciertos hechizos, la prisión se mantiene invisible a los ojos del mundo muggle. Se cree que tiene hechizos indetectables para hacerla más grande por dentro. Se ganó la reputación de ser un lugar horrible, debido a sus antiguos guardias, los dementores, que causan un gran sufrimiento a aquellos que tienen cerca; la mayoría de los prisioneros se volvieron locos y murieron lentamente bajo su influencia. Desde 1717, el uso de cualquiera de las tres Maldiciones Imperdonables sobre otro ser humano acarreaba cadena perpetua en Azkaban (excepto que hubiera pruebas que demostrasen que el acusado lo hizo bajo la influencia de la Maldición Imperius, o por excepciones legales del Ministerio de Magia en los casos de Aurores durante la Primera Guerra Mágica).

Esta prisión en un lugar terrible. Antes de 1996, los prisioneros eran vigilados por los dementores, unas horribles criaturas que absorben el alma. Los dementores se alimentaban de sentimientos positivos, lo que explica que después de mucho tiempo en la prisión, los prisioneros perdiesen todas sus esperanzas y buenos sentimientos y pensamientos. Eran forzados a revivir los momentos mas horribles y oscuros de su memoria. Algunos se volvían locos, otros simplemente morían. Después de que Kingsley Shacklebolt se convirtiese en el nuevo Ministro de Magia, Azkaban no volvió a usar dementores. A Azkaban también pueden ir criaturas como elfos domésticos.

El señor Bartemius Crouch fue el jefe del Departamento de Seguridad Mágica durante los años gloriosos de Voldemort y él mandó a muchos sospechosos de apoyar a Voldemort a Azkaban. Crouch no fue justo en los juicios, y cada véz se convertía en una persona mas despiadada con los acusados, lo cuál según algunos aurores no le convertía en mucho mas distinto a los verdaderos mortífagos. Sirius Black fue uno de los acusados que fueron enviados a Azkaban sin un juicio justo.

Los dementores de Azkaban permanecían ahí a menos que el Ministerio de Magia les permita salir, pero a principios de 1996 ellos hacen la prisión de Voldemort, permitiendo a diez mortífagos escapar en el proceso , entre ellos Bellatrix Lestrange, Rodolphus Lestrange, Rabastan Lestrange, Antonin Dolohov, Fenrir Greyback, Augustus Rookwood, Alecto Carrow, Amycus Carrow... En junio, tras la Batalla del Departamento de Misterios, se devuelven a varios mortífagos a Azkaban, por ejemplo a Antonin Dolohov y a otros que nunca la habían pisado, como Lucius Malfoy, aunque no tardan en salir. Existe una sección de alta seguridad para los presos más peligrosos.

La única persona que a logrado escapar sola con vida de Azkaban fue Sirius Black, un convicto inocente que fue apresado por una confusión. Logro escapar siendo un perro flaco, ya que era un animago no registrado, los dementores no lo atraparon, porque ellos sólo perciben a los humanos, no a los animales.